Primeras Experiencias (Spanish Edition) by Deva Nandiny

Primeras Experiencias (Spanish Edition) by Deva Nandiny

autor:Deva Nandiny [Nandiny, Deva]
La lengua: spa
Format: epub, azw3
publicado: 2022-09-13T03:00:00+00:00


Capítulo X

Recuerdo que esa mañana me levanté nerviosa, mi despedida con Fernando el día anterior no había acabado nada bien, y en unos minutos volvería a estar a solas con él en el coche. Temía enfrentarme a esa socarrona sonrisa, a esa arrogancia y chulería que siempre mostraba conmigo. Fernando me hacía sentir como una estúpida chiquilla, que podía manipular o manejar a su antojo.

Abrí la cancela del jardín que da acceso a la calle y vi el coche de Fernando aparcado justo enfrente. Pero entonces me di cuenta de que la que había venido a recogerme ese día era Bárbara. En ese momento ni tan siquiera recordé el enfado que sentía por ella, y abrí la puerta del coche deseosa de volver a reencontrarme con Bárbara.

—Buenos días, —saludé sentándome en el asiento de forma sonriente.

—Hola, cariño, —respondió, al tiempo que se inclinaba hacia mí y me daba un corto beso en los labios.

Noté la punta de su lengua durante unos breves segundos, y simplemente ese gesto me sirvió para hacerme percibir un cosquilleo sobre mi sexo. Únicamente, deseaba estar con ella. Hubiera aceptado casi cualquier tipo de proposición para irnos juntas. Me daba igual el sitio, solo quería sentir nuevamente su boca junto a la mía. Me había pasado toda la noche, fantaseado con que nos escapábamos juntas en su Volkswagen Escarabajo amarillo, como una especie de Bonnie y Clyde

Por lo tanto, cuando vi que me estaba esperando, únicamente quería que me dijera que esa mañana no tendría que impartirles clase a sus hijos. Que tanto ellos como su esposo habían tenido que regresar a Santander, a ver a su abuela. Dejándonos el día entero para nosotras dos.

—¡Qué sorpresa! No me esperaba encontrarte aquí.

—¿Preferías que hubiera venido Fernando? —Preguntó, poniendo el vehículo en marcha.

—Sabes que no. Me encanta que seas tú la que haya venido a buscarme.

Ella intentó sonreír, pero pude percibir un gesto de contrariedad, que me hizo ponerme en lo peor.

—Verás, Olivia. A ver cómo te explico esto… —Comenzó, tomándose su tiempo—. Ayer mi esposo y yo tuvimos una larga charla respecto a ti, por eso he venido yo a buscarte. Debido a la relación que ambas hemos mantenido durante estos días, he considerado que tenía que ser precisamente yo, la que te lo dijera en persona.

Yo me quedé unos segundos reflexionando, intentando averiguar a que se debía tanta solemnidad en el tono de Bárbara.

—Pensé que habías venido porque deseabas verme, —indiqué, un tanto decepcionada.

—Sabes que estoy loca por ti, —respondió intentando dulcificar su voz—. Lo que ocurre, es que me he visto obligada a sincerarme con Fernando. Él ya sabe lo nuestro, lo que pasó en nuestro dormitorio el día que él y los niños se fueron a Santander, a ver a mi suegra.

—No podré volver a mirar a tu esposo a la cara, me moriré de vergüenza, —comenté, ocultando mi rostro entre mis manos—. Espero que no haya representado para ti un serio problema. Por lo poco que os conozco, creo que tenéis una relación que os permite a ambos, estar con otras personas.



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